miércoles, 31 de agosto de 2011

"A por el mar..."









Dos meses de silencio. Primero me silenció la escritura, intensiva durante tres semanas. Determinadas circunstancias me impusieron un ritmo de trabajo final frenético hasta que acabé mi libro de relatos. La mayoría de los que reuní proceden de hace años pero había que corregir, desarrollar otros dos ya empezados en la letra y solo concebidos en mi mente en su totalidad; había que revisar, vigilar la unidad temática, desechar –no sin pena- todo aquello que no guardara verdadera relación de ideas con el resto. Esa fue mi exigencia primera cuando ideé, cuando necesité escribir estos relatos que son costillas que enhiestan el mismo espinazo. Un espinazo, a veces, dolorido.


Fueron días de encierro a solas a los que seguirían días de expansión. La promesa del mar me alimentó durante mi aislamiento. Primero, las redes de la escritura, pero no como cerco sino como mallas elásticas en torno a mí. La inminencia del mar me conducía a esa imagen asociativa mientras escribía. Alguien tejió para mí ese chal de la fotografía y fue íntimamente simbólico envolverme en él cuando fui a por el mar.

6 comentarios:

  1. ¡Hola Mariluz! Sobre el mar tengo que pensar. La marea es lo que me atrae, un mar sin no es mar. Puede ser agradable, pero no transmite su aliento hacia dentro. Solo es para mojar los pies un poco y quedarte con el alquitrán. Ay,¡ los mares del norte! En invierno, con olas y su color oscuro. Cuando está lloviendo coje toda la luz que queda del cielo, y habla. Estoy contenta de que has vuelto, un beso, M.

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  2. Hola a todos de nuevo. Yo también he tenido unas vacaciones "marítimas". Chiclana, Sancti Petri, Trafalgar, playas kilométricas de grandes mareas atlánticas.
    Felicidades !!! por el libro de relatos. Cada parto literario tiene su respectiva catarsis y, hablando de relatos, este año he quedado finalista en el Concurso Literario de La Felguera. No he ganado pero menos da una piedra:)))
    Saludos

    J.

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  3. Siempre es agradable ver que nos dejas un pedacito de ti, y más si ha llegado a caballo de las olas del mar.

    A ver ese libro de relatos qué nos cuenta...

    Un beso,

    Teresa

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  4. M.,sí, en los mares asturianos estaba, ya lo sabes; bellos mares dramáticos, cambiantes, impetuosos, a menudo de un gris semivisible bajo la lluvia fina,demasiado frecuente durante mi mes allí.
    Estaré contenta de verte dentro de no mucho pero, de momento, estoy sólo relativamente contenta de haber vuelto. En realidad tengo todavía un pie en el mar; sin querer ando despistada buscando, olisqueando el rastro del salitre por el secano.

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  5. J.,esas playas de Cádiz de largos nombres evocadores son las únicas que aún no conozco. Se me antojan luminosas y balsámicas, y de ese jarabe no me vendría mal un buen trago ahora mismo.
    ¡Felicidades por ese reconocimiento en la Felguera!
    Mi hijo de tinta te agradece tu felicitación. Solo espero que este bebé no me haya salido una pizca prematuro y falto de un dedo meñique o con doble apéndice o algo así. Quizá sería mejor no decir esto por no dar ideas a los críticos. Bueno, solo bromeaba para exorcizar los posibles temores que puedan acechar a mi criatura.

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  6. Gracias, Teresa, aunque el libro en cuestión no sabe cuándo ni cómo va a ver la calle. Ignoro qué vida le espera, y él también...

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